Manual de paciente con Endometriosis. Escribo desde mi experiencia para sobrellevar de manera positiva esta condición crónica. Ayuda, comparte y difunde sobre esta enfermedad "no resuelta"

viernes, 29 de julio de 2016

On 19:41:00 by TaiMatheus in     No comments
Gracias a Wokandapix en www.pixabay.com
    Cuando caí en cuenta de que casi toda mi vida había tenido endometriosis y nunca fui diagnosticada (o mal diagnosticado) ya habían pasado más de 10 años. Para el momento en el que me enteré… El dolor más fuerte de abordar no fue el físico. Ni siquiera, el tema de la maternidad o la infertilidad ¿cómo albergar vida en un cuerpo roto? Para mí el impacto y el dolor más grande fue el de haber sentido que había perdido mi salud (yo me perdí a mí) y entender las probables consecuencias como enfermedades terribles que pudiesen desarrollarse a partir de la endometriosis, el terror a verme incapacitada y pánico a tratamientos paliativos que igual me intoxicaban y no estaban funcionando para frenar los focos.

     Tenía terror al pensar que yo podía necesitar más cirugías, ansiedad por el dolor. Además, lloré amargamente debido al dolor emocional que me causó la indiferencia, inicialmente, de las personas cercanas y la forma en cómo otras personas juzgaron mi condición subestimándola. Mi nueva condición me golpeó hasta que toque fondo, llena de incertidumbre, miedo, ansiedad, amargura, decepción, tristeza, dolor y ese fue el comienzo de mi transformación.

     Así, el dolor fue necesario, para tomar la decisión de apoyarme en el trabajo emocional asistido. Mi “Endo” tal vez me ha llevado  a ser más fuerte, paciente y creativa, aún trabajo en ello. Pero, de lo que si estoy segura es de que hoy gracias a mi “Endo” y al trabajo de terapia psicológica soy una Mujer Nueva.

     Acompañada de la guía maravillosa de mi terapeuta pude encontrar mecanismos para modificar todo ese dolor, miedo, terror, ansiedad, y obsesión. El resultado: bienestar, mejor calidad de vida, felicidad y optimismo. Pude mirar hacia adentro -de mi- para descubrirme y saber que podía estar pasándome. Y ¿qué encontré? Encontré que mi “Endo” y yo podemos convivir en armonía. Entendí que ella vino a mi como una advertencia para que me dedicara tiempo, me amara, me cuidara, me escuchara, sintiera mi cuerpo, y sanara viejas heridas.

     El aspecto psicológico de la endometriosis cuando decidí aceptarla, se convirtió en un camino de autoconocimiento, reflexión y con ello pude hacerle frente a mis heridas afectivas. Entendí que mi dolor emocional se refleja también,  en mi cuerpo  físico, pero la diferencia ahora es que yo puedo llegar a tener el control y en esa  misma medida en que me voy redescubriendo va disminuyendo el dolor físico.


     Esta experiencia terapéutica no ha sido fácil, pero vale la pena. Hoy me siento orgullosa de las heridas que ha dejado mi endometriosis, me hacen pensar que desde que supe de mi condición me estoy empezando a reconstruir más bella y fuerte. 

     En definitiva, mi percepción frente a ella (endometriosis) cambió, sin obviar los síntomas, yo decidí sentirme bien y en consecuencia ese bienestar emocional se ha visto gratamente reflejado en cuerpo físico, aminorando el dolor, la ansiedad y la angustia. Esa nueva conciencia fue posible a la ayuda de mi Endopsicóloga. También fue necesario el apoyo y las experiencias que conseguí en grupos de apoyo, mi actual médico y muchas personas repartidas por el mundo que entienden verdaderamente esta condición como un todo Mente-Cuerpo.

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